Los Malos Hábitos en el Trabajo

¿De dónde vienen los malos hábitos en el trabajo?

¿De dónde vienen estos malos hábitos no? Muchas veces se dan por default. Simplemente ejecutamos una tarea en nuestro puesto de trabajo y no nos damos cuenta que ciertas posturas, costumbres o acciones son poco beneficiosas, no solo para nuestro cuerpo sino que también para nuestra mente.

Estos malos hábitos solemos arrastrarlos durante gran parte del día cuando no los tenemos en cuenta, hasta que nos sentimos agotados, estresados o no duele alguna parte del cuerpo.

Habrá casos en los cuales estos malos hábitos se generan por la ausencia de reglas claras, o procedimientos y algunas veces son estos procedimientos los que a su vez puede generar malos hábitos.

Recuerdo que en el años 2007 estaba trabajando en una fábrica metalúrgica, en el sector de mecanizado. La tarea consistía en tomar una roseta de bronce (de una tamaño poco más chica que un apoya vasos) y pasarla por la agujereadora de mesa. Esa acción llevaba solo algunos segundos. Tenía un bolsón lleno de estas rosetas y debía pasar casi artesanalmente una a una por la máquina. Era un trabajo monótono, rápido e inseguro y tenía una regla (como suele haber en las áreas de producción). Debía sacar cierta cantidad por horas. Por lo cuál el trabajo, mi acción en esa máquina era contínua.

En ese momento no sabía lo que era un elemento de protección personal, no me interesaba por la seguridad e higiene, de hecho no sabía lo que era y a la empresa tampoco le interesaba mucho instruirnos.

Y yo que era muy cabeza de termo por aquella época no estaba utilizando los protectores oculares, un muy mal hábito que empecé a reconocer cuando una astilla de bronce saltó se me clavo en el ojo. De ahí directo al centro oftalmológico de la medicina laboral.

¿Qué pasó ahí? Más allá de mi grave error, tampoco había un procedimiento claro, ni capacitaciones, ni nada. Solo había una regla que cumplir al final del día. Sacar más producción. Eso sumado a mi negligencia ocasionó un accidente de trabajo.

¿Ahora ves el efecto negativo que puede tener un mal hábito?

El desconocimiento, la terquedad, la ignorancia, la irresponsabilidad, la falta de control, la sobre exigencia y los excesos contribuyen a la creación de los malos hábitos. Y estos a su vez pueden causar accidentes, enfermedades, dolencias musculares y estrés entre otras destacadas. Nadie quiere llegar a nada esto, pero para eso tenemos que empezar a revisar y modificar nuestros hábitos.

Tenemos que cortar con algunos malos hábitos de trabajo y ahora voy a nombrarte los más destacados según la Fundación Internacional ORP.

El primero es La Mala Postura. Sabemos que una mayor exposición a este factor de riesgo aumenta la probabilidad de desencadenar en un trastorno musculo esquelético. Pero vamos por partes ¿Cuál puede ser una mala postura? Por ejemplo caminar encorvado hacia adelante, sujetar el teléfono con el hombro y la cabeza, cruzar las piernas o doblar el tronco para levantar un elemento son sinónimos de malas posturas.

Los trastornos musculo esqueléticos son las afecciones que podemos tener en músculos, tendones, ligamentos o huesos en nuestro cuerpo.

Otro mal hábito súper recurrente es el de comer en el espacio de trabajo. Decime si sos oficinista si alguna vez no te comiste un sándwich de jamón y queso mientras leías un diario digital o seguías respondiendo algunos emails. Bueno hacer eso no es muy bueno y sé que muchas veces el ritmo laboral no nos permite disponer del tiempo necesario para comer fuera del lugar del trabajo, pero es una práctica poco recomendable. Y te cuento el porque. Y es que se demostró que hacer eso desfavorece la buena digestión del organismo, no se absorben correctamente los nutrientes y además genera una tendencia a comer alimentos de poco valor energético.

Me acuerdo de uno de mis primeros trabajos, también en el área productiva de una empresa teníamos solo 30 minutos para almorzar y lo hacíamos en un ambiente improvisado como cocina en medio de la planta, sobre una mesa poco segura y sillas generalmente rotas. Eso me hace pensar también que la falta de orden o de higiene en nuestro ambiente de trabajo también puede hacernos sufrir estrés. Y para eso se recomienda que antes de empezar a  trabajar o antes de finalizar la jornada laboral se dediquen unos minutos a orden de ese espacio, de esa manera nos vamos a sentir más cómodos. Y frente a las condiciones del medio ambiente que ofrecen las empresas… bueno cada uno sabrá que elegir.

Cuando hablamos de malos hábitos no podemos dejar de mencionar la hiperconectividad que todos usamos y muchas veces abusamos. Esa hiperconectividad que no nos permite desconectarnos del trabajo. Muchas veces hay colegas o compañeros y hasta jefes que fomentan eso enviando mensajes fuera de horario en cualquier momento del día. Acá mi recomendación es que es tarea de cada uno de nosotros detectar esto primero y aprender a desconectarnos del teléfono, del email del trabajo y no llevar esas cosas a nuestra vida privada.

Siempre es bueno marcar ahí nuestro terreno. En este horario estoy disponible, en cierto horario no lo estoy. Si me llega un mensaje fuera de hora puedo tranquilamente no leerlo ni responderlo. Tenemos que enfocarnos en esas acciones que si podemos controlar y no en lo que hacen las otras personas. Por ejemplo tu jefe si es quien te escribe a cualquier hora o te contacta por Instagram para pedirte que le adelante el informe. Y si vos sos esa persona, bueno búscate un hobbie y pensalo dos veces antes de escribir ese mensaje.

El último gran mal hábito destacado es trabajar con auriculares escuchando música. Y no tiene nada de malo hacerlo si no perdes la concentración y el volumen es moderado. Pero cuando no hacemos eso, o estamos acostumbrados a oir música a un volumen muy alto que consideramos como normal entonces es ahí cuando se convierte en un problema y podemos desarrollar un daño grave en el nervio auditivo. Recordemos que una vez que se pierde la audición es imposible de recuperar y podemos desarrollar enfermedades como la hipoacusia.

Recordá que los malos hábitos podemos modificarlos y la mejor manera de hacerlo es empezando a prestar atención en las cosas que estamos haciendo. Si alguna acción te genera un síntoma, un dolor o una molestia entonces ese es un llamado a la acción, el que te dice que algo tenes que revisar. Porque al final un buen hábito mejora tu calidad de vida.

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